Propuestas y promesas

Anoche, mientras escuchaba en Panorama la "Reveladora encuesta" al 30% de la totalidad de votantes a nivel nacional (con un margen de error del 5%), me quedé pensando en el liderazgo de Lourdes Flores con 30% de aceptación, seguida de Ollanta Humala con 25%.

De repente, cambiando canales y escuchando los noticieros respectivos, me quedé absorta ante las propuestas de la que era mi candidata hasta el momento (ya que, siendo sincera, debo escoger el/la mejor de los peores). La pobreza, el sueldo básico, la construcción de carreteras, la delincuencia, el fomento de trabajo, entre otros, conformaban las bases de sus proyectos. La tía parecía estar preparada. Mayor cultura, harta cancha, es la menos pendeja. No veía por qué no votar por ella. De repente las noticias cambiaron y empezaron los secuestros, asaltos, asesinatos y violencia.

Fue entonces cuando, dentro la usual paranoia que acompaña mis noches de insomnio, me puse a pensar que al lado de mi casa, en Domino's Pizza, podría haberse estacionado cualquier auto. Quizás una pareja, o mejor aún, una familia entera, haya bajado a celebrar con una cena algún cumpleaños, aniversario, o simplemente se encuentren saciando algún antojo. Y como soy totalmente negativa, me acordé de Tarata y lo enfoqué allí, en la Pizzería. Uno de los autos estacionados explotaría y morirían los de la pizzería, casi al instante, al menos 3 o 4 familias, las más cercanas, moriríamos por asfixia o quemaduras. Los balones de gas estallarían. Los autos, dentro de las casas, colaborarían con su dosis de gasolina. Narcoterrorismo, le dicen ahora. Y es que nada de esto se encuentra lejano a nosotros. Ningún candidato a propuesto, con conciencia o criterio, al menos un intento de control/erradicación/eliminación (lo que sea) del terrorismo, patria roja, o cualquier grupo subversivo que manipule a las masas más acomplejadas y a las que sufrieron los embates de la pobreza extrema. Por lo visto a nadie le interesa (o quizás todos se confían). Nadie quiere aceptar que, hoy por hoy, en la sierra y en la selva mueren al menos 10 personas diarias a causa de estos embates, ahora pequeños, que esperan alcanzar en poco tiempo, magnitudes exhorbitantes.

Alguna vez leí/escuché que la gente del pueblo, la masa mayoritaria era ignorante al no tener criterio para escoger, por ejemplo, a sus candidatos presidenciales. Por favor, no seamos conchudos. Ellos no viven nuestra realidad. Lo que nosotros gastamos en un par de cervezas, en una entrada al cine, o quizás en una simple hamburguesa, ellos lo usan para comer por días, a veces semanas e incluso meses. Esa gente tiene tres o 4 juegos de ropa y comparte un colchón de plaza y media entre 10 personas. Esa gente, con la que tuve oportunidad de crecer, es la que más sufre a causa de la corrupción y las mentiras. Ésa es la gente traumada y que se vende por un cuarto de pollo, un pedazo de torta o quizás medio litro de gaseosa. Muchas de esas personas ven a Humala y se identifican. El sueño de todo hombre del pueblo: surgir y hacer algo por los suyos, por su patria, llevándose su buena tajada. O como decía una amiga: Que roben, a mi qué chucha, lo importante es que saquen al país de la mierda en la que se encuentra. Nadie educa a nadie. Al estado (sea quien sea el jefe) le conviene que sean y seamos ignorantes. La masa votante desconoce nuestra realidad y nosotros, la de ella. No tengamos la concha de pedirle criterio y conciencia a un niño de 18 años que sólo conoce la vida del campo y que tuvo que dejar su educación primaria para trabajar la tierra pues su padre murió en manos senderistas y debía alimentar a su familia.

Amo a mi patria, amo a mi tierra. Y con todo ese orgullo nacionalista que me inculcaron desde niña, no puedo evitar que la ira me consuma. El sólo pensar que en un par de meses 28 millones de peruanos pondremos nuestras vidas en manos de cualquiera de los candidatos me aterra. Empezando por la cabeza, hace rato que se dejó a un lado la conciencia. Lourdes también es parte del montón. Y la pregunta del millón es ¿Por quién carajos debo votar?

Que Dios nos coja confesados.


Por kat, kat, kat