Me considero un hombre de éxito porque nunca pasé una noche en la cárcel. Mi mayor ambición es que no me arreste la policía. El éxito para mí consiste en permanecer en libertad.¿Alguien más se apunta? Pobre Diego.
Soy escritor porque no se me ocurre otra manera de ganar dinero quedándome en casa.
Salgo en televisión no por cariño al público sino para ganar suficiente dinero que me permita alejarme de él.
Todos los escritores que he leído me parecen mejores que yo, especialmente aquellos que dicen no haberme leído o aquellos que dicen que soy un mal escritor.
No creo en Dios, pero rezo por las dudas. Lo hago sin convicción, como cuando compro un boleto de la lotería. Sólo me persigno sin dudarlo cuando estoy en un avión a punto de despegar.
Me siento un buen hijo si veo a mi madre tres veces al año: en navidad, en su cumpleaños y en el día de la madre.
Mi obligación como padre se limita a darles de comer a mis hijas, pero no a obligarlas a comer. No me siento obligado a vestirlas ni educarlas. Si no aprenden nada en el colegio ni aprenden a vestirse, se parecerán más a mí y tal vez nos llevaremos mejor.
No aspiro a tener amigos. Prefiero tener empleados. Me tratan con más cariño y no vienen a verme a la casa.
Mis enemigos no son muy distintos de mí. Me reconozco en ellos. Son mediocres como yo. Saben que no pueden ser mis amigos y se resignan a odiarme.
Por Guille da Maus
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