Con el ego herido y el piso que se le mueve, al menos debe quedarle el consuelo de que las cosas no fueron para peor: estas bombas no coincidieron con estallido social alguno. Afortunadamente para todos el buitrerío sindical-radical es una olla de grillos que, para colmo, se maneja un pésimo timing. Lo cual tiene que ver mucho con que sus padrinos bolivarianos están bastante preocupados con sus respectivos frentes internos y con la posibilidad que se les seque el caño si cae aún más el precio del crudo. ¡Petrodólares o muerte!¿Cuantos frascos de litio debe estarse gastando Alan en estos días? Si nuestro presi no define un nuevo rumbo político a la brevedad, perderá el equilibrio. Incluído el emocional.
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