
Considero que sería lamentable que
la clausura de la exposición de las esculturas de Cristina Planas en la galería Vertice se deba más a presiones religiosas que a la leguleyada de las licencias. De ser así sería evidencia que una vez más los devotos participan del
juego de censuras y condenas que los autoproclamados
open mind buscan propiciar con sus burlas y provocaciones disfrazadas de "arte".
La impostada indignación de la artista me da la pauta:
"Quise mostrar el valor de la religión"No se imaginaba que sus esculturas de Santa Rosa y del Señor de los Milagros en ropa interior generarían tanto alboroto.
(...)
“Justamente lo que quería hacer con La migración de los santos era resaltar el hecho de que, para los peruanos, la religión es muy importante, tanto así que nos tatuamos a nuestros santos en la piel o los llevamos a cualquier lugar en estampitas”, explicó ella.
¿Resaltamiento? O la señora Planas ignora el valor de los santos para las personas religiosas o intenta burlarse de ellas. Es obvio que para los fieles y devotos la gracia del santito radica en que se trata de un
modelo de vida
espiritual que no solamente reduce la importancia de lo físico (material) sino que, incluso, combate su centralidad. Ya lo saben: la belleza interior en lugar de la exterior. Lo segundo como reflejo de lo primero apenas tiene cabida en el imaginario "telenovelesco", no en el religioso. Claro que en la fe no se discrimina ni menos se sataniza la belleza exterior. Es su anteposición lo que se considera pecado.
En las
obras censuradas al invertir el orden de importancia -lo "carnal" por encima de lo espiritual- se va
en contra de la religiosidad. No se trata del simple afán de proponer una estética "alternativa": claramente
se subvierte la estética "corriente" (oficial, canónica, etc) con un anti-valor. Los santos de Cristina Planas no "migran": se trastocan hasta la negación y el (auto)rechazo.
Difícil de ver no es. Lo que me sorprende es que la artista lo niegue con una falacia que se cae de madura. Más sensato, democrático e inteligente hubiera sido que diga: "sí, quise invertir el valor de lo religioso", "rechazo esa devocion a los santos", "no me gusta la religión", etc. Así lo hacen, por ejemplo los que pintan, fotografian o filman, vírgenes lascivas o cristos gay: reconocen abiertamente que les llega a la punta del miembro la religión y la fe (especialmente la católica).
Ante la sinceridad y honestidad sí cabe demandar una actitud tolerante. El caso contrario no es que justifique la intolerancia y la censura: justifica que nos defendamos del ataque.
Noticia vía Perú21 (que no publica mis comentarios sobre la noticia, por cierto)Tags: Cristina Planas santos Vértice