viernes, 21 de abril de 2006

Historia de un CAN

Aldo Mariategui en su columna del diario Correo se despacha con el CAN pateado por el estrambótico dictador de Venezuela, Hugo Chávez:

Ese CAN nunca ladró

La verdad, no echaría una lágrima por la posible desaparición de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que curiosamente no va a morir por la decisión de un liberal como Boloña -Perú casi se sale a comienzos de los 90 y no era una mala idea- sino por líderes “progres” como Hugo Chávez y Evo Morales, irritados porque Colombia y Perú optaron, imitando a Chile, por seguir la senda cuerda de buscar un TLC con EEUU. Debe de haber sido uno de los organismos más lentos e ineptos de la historia de la humanidad, pues se ha avanzado poquísimo en relación a las varias décadas que lleva de vida. No se llegó a la libre circulación de productos (la gasolina ecuatoriana y el balón de gas boliviano no deberían entrar de contrabando al Perú, sino cruzando tranquilamente las fronteras), ni de personas ni de servicios, ni a un arancel externo común racional en todos estos años (y el sueño de una moneda llamada “peso andino” era simplemente imposible), ni ha podido evitar la imposición continua de medidas proteccionistas, como por ejemplo nuestra reciente guerra comercial del cerdo con Ecuador.
Y hablando de guerras -y de las de verdad-, precisamente este ente fue tan inútil que no pudo impedir ni detener el conflicto del Cénepa entre dos de sus miembros. Hablando claro, la CAN ha sido básicamente un gran negocio para los colombianos, que siempre contaban con los incondicionales votos ecuatorianos y venezolanos para imponer sus puntos de vista. Los chilenos la vieron clara desde el principio y por eso decidieron retirarse en los 70 de este ente al no estar de acuerdo con la absurda Decisión 24, que limitaba la inversión extranjera. Ni siquiera se ha podido negociar en bloque un TLC con Europa, a pesar de que ellos nos exigen eso como requisito básico. Mucho más efectivo ha sido el Mercosur, a pesar de ser muchísimo más joven. Además, lo que Chávez buscaba era la excusa para romper con la CAN y mudarse con todo a este otro acuerdo comercial por su romance con Kirchner y Lula.
Me imagino que en el APRA sí habrá luto por la CAN, dada la cercanía laboral a ésta de Allan Wagner, Joselo García Belaunde y Alfredo Barnechea, al igual que Rafael Rey, pues con esto desaparecería su chamba en el Parlandino. También el economista “progre” Humberto Campodónico perdería uno de sus obsesivos temas favoritos (el otro es Petroperú; escribe interdiario sobre la CAN y esta petrolera como Manuel Lajo lo hacía otrora con la lata de leche Gloria).


Por Guille da Maus

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