jueves, 27 de abril de 2006

CABECEADOR

Si Alan es el rey de las pataditas, Ollanta se luce en el cabeceo:

Es imposible imaginar cómo un candidato presidencial que aboga por los pobres es capaz de comer rico en un restaurante e irse sin pagar la cuenta. Este es el caso del comandante Ollanta Humala y su comitiva, que al parecer dominan las ingeniosas artes del “perro muerto”.
Humala hizo ayer un alto a sus labores proselitistas y, junto a seis de sus colaboradores, sació su apetito en un restaurante ubicado en la zona Vip del aeropuerto José Abelardo Quiñones de Chiclayo. Sin embargo, escaparon sin pagar la cuenta, que, según los responsables del negocio, ascendía a 148 soles. ¿Qué habían pedido? Gaseosas, agua mineral, sánguches y cafés.
Paola Ramírez Salcedo y Maricarmen Pérez Salcedo, responsables de la atención, coincidieron en señalar que es la segunda vez que la comitiva de Humala apela a estas artes.



Por Guille da Maus


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