A propósito del affaire con Yale por las piezas arqueológicas procedentes de Macchu Picchu, Carlos Vargas Salgado reflexiona lo siguiente en el blog Gran Combo Club preguntándose acertadamente ¿Necesitamos tutela en materia de cultura?:
(...) la mayor o menor moralidad de una institución modélica en la Academia norteamericana creo que nos debería tener sin cuidado, no es nuestro roche, como dicen, allá ellos y su particular interpretación del bien que los anda llevando a invadir países. Es por el contrario la situación de nuestra política cultural, de nuestros registros culturales lo que debe preocupar realmente. El INC ha llevado adelante esta indagación solo después de que la bola de nieve (en especial internacional) había crecido enormemente, y de esa manera ha revelado con claridad que no hemos tenido registro ni acuerdos saneados en casos similares sino desde un tiempo muy reciente. La experiencia con Yale deja clara, a mi entender, nuestra agenda de pendientes en materia de registros de propiedad cultural, y se trata de solo un botón de muestra de nuestro evidente atraso en políticas culturales: nosotros, acaso el país más rico en cultura de toda Sudamérica, no tenemos una política coordinada sobre la materia, y dejamos que nuestros gobiernos actúen a la manera de bomberos que apagan los incendios escandolosos.
(...)
Por eso, al margen de la bronca que siento por el orgullo nacional herido, el caso con Yale me deja grandes preguntas sin resolver. No sé si coincidirán conmigo en que la odiosa intromisión tutelar de una Universidad del primer mundo, es lamentablemente casi una necesidad inmediata para proteger el patrimonio. Es decir, intentando ser prácticos otra vez, habría que decir que aunque Yale devolviera todos los objetos "extraídos" (preferiría decir sustraídos, pero ni modo), me quedaría la duda de si el INC es capaz de manejar eficientemente ese Patrimonio si el Estado no le da más presupuesto, si acaso puede exhibirlo, custodiarlo y tenerlo a disposición de los académicos peruanos para su estudio sin una partida real y gruesa. Esto es lo que hay que exigirle al Estado peruano: que use nuestro dinero en provecho de nuestro futuro.
Pero ¿la eficiencia es cuestión de presupuesto? Las protestas que se suscitaron en el Cusco por las leyes "entreguistas" que encomendaban al INC decidir y vigilar la administración del patrimonio dejaban entrever -en medio de la politiquería que dominó la protesta- que esa institución no era idónea para la tarea por corresponder con un supuesto programa "neoliberal" del gobierno, que en la coyuntura política actual se entiende irreflexivamente como perjudicial al país.
La ineficacia del INC y la desconfianza que suscita radicarían principalmente en la incapacidad del estado como ordenador cultural. Por eso lo que tenemos son conflictos entre agendas político-culturales, en especial entre los proyectos modernistas del estado y los intereses (reivindicativos, sociales, etc) supuestamente ciudadanos. El INC así como un eventual "Ministerio de Cultura" con mayor presupuesto no tendrían más autoridad que la concedida por el buenismo de la ley.
La pregunta sobre si necesitamos tutela en materia de cultura debería ir dirigida más bien hacia el estado. Si el INC -ya sea por su diseño o por su implementación- no ha servido ni como articulador ni como conciliador entre los distintos argumentos en "debate", ¿se puede confiar que sea eficaz en su misión de "afirmar la Identidad Nacional" con mayor presupuesto o atención de parte del gobierno? I dunno...
Por Guille da Maus
Tags: INC, Yale, Macchu Picchu,
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