viernes, 12 de diciembre de 2008

SALVANDO A ABIMAEL


Si algo aprendió el terrorismo de todas sus aventuras contra la sociedad y los estados "burgueses" es que pueden valerse del derechohumanismo para blindarse y dar vuelta a la tortilla. El terrorismo actualmente no necesita tanto como antes gastar en balas cuando pueden aprovechar los fetiches de la legalidad para batir a sus enemigos en la arena político-mediática contando para ello con la inestimable compañía de una serie de tontos útiles que no es necesario mencionar. Los enemigos de mi enemigo son mis amigos y a rezar todos.

Por eso no me sorprende que Abimael Guzmán haya demandado al Perú ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Aprovechando la campaña antifujimorista y la serie cuestionamientos a la legitimidad (en función a los DD.HH.) de las políticas antiterroristas desde la Sociedad Civil, la movida de Guzmán y sus allegados pone el guinda en el pastelazo, inscribiéndose en la corriente que constituye esta suerte de "viraje" del terrorismo hacia la constitución de opciones políticas legítimas que otorguen certificado de validez a su violencia. Cabría preguntar a los fans de los DD.HH.: ¿la resurrección de Sendero Luminoso debe ser el precio a pagar por los atropellos del fujimorato y del estado? No digo que estos activistas y oenegeros estén a favor del terrorismo, pero vaya que no tienen remilgos en que su revolucionaria doctrina del odio vuelva a sonar en nuestro medio. Bendita pluralidad.

Pareciera que la democracia se desarma a sí misma en nombre de los más altos ideales humanitarios. Si será una moda o no, no me extrañaría tampoco que después, por ejemplo, los Jesuitas anunciarán su conversión al Islam en aras de la tolerancia, que los "Dioses" de la high life cometieran suicidio en masa en nombre de la igualdad, o que las madres asesinaran en la plaza a sus recién nacidos para afirmar su derecho a la libre elección. Aplausos a rabiar no faltarían, como tampoco aquellos que exigirían hacha en mano más de esos "gestos".

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6 comentarios:

  1. Este texto no tiene ni pies ni cabeza. Un inculpado tiene derecho a recurrir a todas las instancias legales. Cuando las leyes funcionan, los culpables siguen en la cárcel y los inocentes son libres. La teoría de los derechos humanos es para todos y no encuentro razones para suponer que Abimael Guzman no tenga derecho a un debido proceso, como cualquier ciudadano, por más que haya cometido crímenes repudiables. En tu post no explicas en ningún momento a qué derecho humano no tiene acceso Abimael Guzman. Eso sería interesante de definir si de verdad crees que hay cierto grupo de personas a quienes no les corresponde ser tratados con la misma justicia con la que se trata a los demás.

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  2. Este texto no tiene los pies (afán "justiciero" revanchista) ni la cabeza (negación de los derechos) que le busca querido prosorr.

    En ninguna parte niego que Abimael tenga derechos a "debido proceso". Lo que señalo es el contenido político de este, para mí, obvio aprovechamiento: su "causa" se conjuga con ciertas narrativas para impulsar una agenda derechohumanista funcional a sus intereses y los del terrorismo en general toda vez que la carga de los DD.HH. está siendo endilgada al estado (el "burgués").

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  3. rata, ¿que dice ahora que ingrind betancourt a declarado que apoyará una salida política a la guerrila de las farcs? ¿ingrid le está haciendo el juego al "terror"?
    ojalá que esa madurez política y humana se asome por estas tierras.

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  4. Lo de la señora Ingrid Betancourt es otro cuento pues ultimamente se ha deshecho en alabanzas hacia Evo y Chavez como si fueran la quintaesencia del amor.

    Creo que esa tía ya quemó y, quizá sin querer, está rindiéndose ante el terrorismo por la desesperación de obtener una paz a toda costa.

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  5. Anónimo1:43 p. m.

    si se trata de una maniobra politica ¿no se te ha ocurrido pensar q los terroristas busquen hundir la cuña entre el gobierno y la sociedad civil? acuerdate del divide et impera

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  6. Anónimo11:40 p. m.

    Esa tía quemó hace mucho tiempo Guille, revisa su CV nomás.

    ¿Abimael a la CIDH? ¡Me parece genial! No puedo esperar a la sentencia. Me fascina la prosa del brazuco Cancado.

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