FUJICONDENADOS DETALLES (II)

Aunque para condenar la extrajudicialidad de los actos de Barrios Altos y La Cantuta no era vital, si fueron o no terroristas las víctimas de esas matanzas es importante para valorar la política antiterrorista del gobierno de Alberto Fujimori frente al hecho de su condena pues al parecer ésta ha dado sin considerar seriamente el importante detalle de la relación de los victimados con Sendero Luminoso, lo que confirmaría que el proceso tuvo sesgo político:

Para el fiscal José Antonio Peláez Bardales, representante del Estado en el megajuicio a Alberto Fujimori, consideró que no se puede calificar de “proterrorista” al fallo de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, que ayer sentenció a 25 años de prisión al ex presidente por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta y los secuestros del empresario Samuel Dyer y del periodista Gustavo Gorriti.
Sin embargo, Peláez Bardales reconoció que no se pudo probar que las víctimas de estas masacres hayan sido subversivos, ya que no hubo una investigación en su momento, lo que contradice a la aseveración de la sala, que ayer, en más de una ocasión, dijo que se había confirmado que las víctimas no eran miembros de Sendero Luminoso, situación que llama la atención.

Si bien la inteligencia mostró deficiencias debido a lo atípico del conflicto, el que parte de los victimados fueran por lo menos afines a Sendero Luminoso demuestra que el sistema implementado sí funcionaba y causó estragos en las redes del terrorismo, acarreando su derrota.

No es poco lo que se definiría con esto que ni la CVR pudo aclarar completamente. Piedra angular de la argumentación derechohumanista contra Fujimori consiste justamente en que fue excesiva e incluso innecesaria la aplicación de una nueva estrategia contra el terrorismo porque para 1990, con "el salto a la ciudad" por parte de Sendero (pag 4 de las 41 pruebas contra Fujimori publicadas por el IDL):

SL estaba en una evidente situación de derrota política, pues había sido vencido en el campo por ese gran muro de contención que fueron las rondas campesinas. Este es un dato fundamental estrechamente vinculado al presente proceso.

Las grietas mostradas en el fallo por este tema abren las puertas de la esperanza para el fujimorato pues demuestran que el proceso contra su líder tuvo importante carga política. Más aún, convertiría en gran error el haber adelantado un juicio histórico basado en los DD.HH. cuando su saldo bien puede favorecer al inculpado:

Desde ese punto de vista ha constituido un despropósito juzgar a Fujimori por violación de derechos humanos. Y un grave error político porque solo servirá para levantar su imagen y devolver al poder la opción política que él representa. Atacarlo por lo que mejor hizo, incluso desde el punto de vista de los derechos humanos, es darle la bandera que necesitaba para el triunfo electoral. Con lo que, allí sí, no habremos aprendido nada de la historia y habremos desperdiciado la gran oportunidad de hacer pedagogía nacional.

La guerra continua.

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