La poeta Rocío Silva Santisteban escribe es su blog Kolumna Okupa sobre sus experiencias como joven que vivió intensamente su época y su proceso de madurez.
Durante esos años al mismo tiempo que leía con rigurosidad a autores y libros que jamás hubiera leído por mi cuenta (Los Milagros de Nuestra Señora de Berceo o Tristán e Isolda) aprendíamos a enfrentarnos a una realidad fragmentada, partida en dos o en tres, a sobrevivir a la violencia y a los vestigios de la violencia, a ver y escuchar la transformación sin sobresaltarnos, tomando partido o, por el contrario, asumiendo una posición que en ese entonces casi no se comprendía: no creer en el camino del marxismo pueril y paternalista, ése de las quintas espadas, y creer en otro marxismo, en el de las movilizaciones y la construcción de una alternativa viable y sólida al discurso capitalista (ese marxismo en el que hoy sigo creyendo).Aunque se comprende que el camino de la violencia no conduce a nada mejor, persisten las concepciones antagónicas (muchas veces maniqueas) que sirven para justificar ciertos arrebatos o ver con simpatía cierta violencia. Siendo que estas teorías resultan siempre insuficientes para comprender la realidad, se persiste en la impostura de corte "juvenil" de apostar por el cambio, frecuentemente sin tener mucha idea de a qué se quiere cambiar (porque la teoría jamás es la realidad) o por el mero gusto de hacer el experimento (social).
De esto están construidas las utopías que a sí mismas se conciben como irrealizables en tanto que se consuelan con que son "difícilmente realizables". Aquí el desencanto ya no viene al final sino que es la sombra que acompaña a lo largo del camino.
Pienso en los jóvenes que ví en la marcha sobre la que hablé en la parte anterior. Siguiendo el mismo camino que sus predecesores (de los cuales reniegan por su fracaso, por cierto) no despertarán del sueño de la Revolución hasta que se den cuenta que tales ideales de "humanidad" son la negación de justamente aquello que nos hace humanos: la diferencia.
Por Guille da Maus
Tags: Juventud marchas movilizaciones Rocío Silva Santisteban
Saludos Roedor:
ResponderBorrarUNa breve respuesta (un poco tardia) para MR Amaru. PUes bien tipejo, ni vivo en lima ni pretendo ser limeño. Para que te desasnes soy arequipeño y de los puros, no los puneños cusqueños y demas que van a MI CIUDAD y luego viene a llamarse arequipeños. Es por este tipo de gente que Arequipa se va al caño.
Hartos del mangoneo?... de que pais hablas, fronterizo, porque a los que tu llams provincianos no son capaces de desarrollar sus regiones por si mismos con los recurso que tienen, que ahora son cuantiosos. Autonomia?...jajajajajja, no pueden gobernarce ahora y van ha hacerlo con autonomia, seria genial ver como se comen sus palabras despues de ese experimento.
Ahora si lo entiendo bien, vives en un paios desarrollado, !QUE DIABLOS HACES AHI!, o es que tu huanuco no es suficiente. Hablas una cosa y en la practica otra, clasicos de soquetes como tu... odio a Lima pero que bieno seria vivir ahi.
Y concuerdo contigo, somos tercermundistas pero debido a gente como tu, que no es capaz de ver una realidad diferente a la imagen del cerro que tienen en sus mentes.
Espero que visites este blog, es agradable leer a Forrest Gum version peruana.
Raton: Leo el post actual y en parte estoy deacuerdo contigo, pero lo interesante es que ese tipo de jovenes son producto (en el caso de universitarios) de escuelas del "Area de Sociales", donde el marxismo lenninismo es una clase obligatoria, ahora se que eso no es obice para conjeturar que esa sea la causa, pero si es un factor importante, porque diablos se sigue enseñando doctrinas caducas, cuya experimentacion (Siglo XX) ha evidenciado su total falla?.
Para mi es claro que existe una total falta de autocritica, de meditacion (por escoger una palabra), es el borregismo. No hay autocritica al ver las circunstancias de la realidad. Y lo peor de todo es que la autocritica es evadida por completo en la enseñanza, a las juventudes de siempre, en nuestro pais, no se les enseña a ser autocriticos.
Pero surge una pregunta el poder de autocrita, analisis y raciocinio de nuestra realidad (por englobarlo todo) se enseña o es inherente a cada persona, pero, si es inherente, es posible que la enseña sea su herramienta para sacarlo a flote?
Interrogantes son muchas, respuestas pocas, lo cierto es que he observado una mezcla de las dos respuestas posibles a la primera pregunta.
Pero algo sumamente interesante viene al ruedo. Los pobres en las ciudades tienden a ser mas pragmaticos, si bien es cierto que son el blanco de ideologias vencidas, pero he observado que un joven que ha tenido que pasar por momentos dificiles en su vida (economicos, es claro) ve con menor idealismo la realidad, mientras que la utopia es mas propensa a actuar en jovenes mas acomodados.
Al final estas juventudes cuando salen al mundo real se enfrentaran con situaciones que retaran su pensamiento, y muchos de ellos, como siemrpe, optaran por el abandonar ese idealismo que enarbolaron.
Atte
WACO
Por lo menos las viejas generaciones tuvieron la decencia de declarar abiertamente sus principios de violencia
ResponderBorrarLos chicos de ahora se traicionan a si mismos cuando piden democracia sabiendo que para la revolucion no hay moral sino accion pura
Que verguenza siento por ti como arequipeña, WACO. No eres digno de llevar el titulo "Arequipeño". Mas bien te expresas como Limeño, matón y callejonero, como de barra brava que por alla abundan.
ResponderBorrar¿No serás WECO, por casualidad?
Anita Alvares
Aja, y en lugar de aportar algo a la discusion, lo de Ud. es el puro insulto y ningun argumento.
ResponderBorrarPues eso, por eso estamos como estamos. Si no tiene Ud. el nivel para una discusion alturada, quedese en la cocina o en algun otro lado, no entre a blogs a demostrar ignorancia...