miércoles, 28 de febrero de 2007

TODOS VUELVEN

Muy oportuna la designación de Alva Castro para trabajar la vuelta de otro personaje célebre del aprismo: Agustín Mantilla. Si me permiten...

El procesado ex ministro del Interior, Agustín Mantilla, se mostró dispuesto a colaborar con el nuevo titular de este sector, Luis Alva Castro, al calificar de acertada su designación en ese cargo.
Mantilla Campos fue sentenciado por recibir dinero de Vladimiro Montesinos y está implicado en la matanza de El Frontón durante el primer gobierno de Alan García (1985-1990)
Sostuvo que está dispuesto a trabajar por el país y recordó que tiene alguna experiencia en el sector del Ministerio del Interior Mininter, del cual fue titular durante el primer gobierno aprista.
Tampoco debemos olvidar que no se ha aclarado su vinculación con el comando paramilitar Rodrigo Franco, el cual parece haber sido inspirado en los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) contra el ETA, organizados bajo el gobierno del socialista Felipe González (amigazo de Alan García) en España durante la década de los 80.

(Que interesantes las relaciones entre todos estos personajes: recordemos que la matanza de los penales ocurrió cuando se celebraba en Lima una reunión de la Internacional Socialista a la que asistían una veintena de mandatarios, entre ellos González.)

Por Guille da Maus

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5 comentarios:

  1. por puro amor al prurito:

    los GAL fueron financiados desde el Ministerio del Interior español, que contrató mercenarios para atacar determinados objetivos. cas podríamos llamarlos "guerra sucia clásica", aunque parece que cada grupo se desbandaba después de cumplido el objetivo.

    en cambio, lo que se conoce como el C-RF en Perú, fue integrado por miembros del Partido Aprista, entrenados y sí, a veces, apoyados por Policías del Ministerio del Interior. su labor, más que de ataque, era de respuesta a elementos que atacaban a sus compañeros. no surgió como defensa del Estado, sino del Partido.

    just that.

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  2. Anónimo1:33 p. m.

    oe guille donde kedo tu sentido de humor para "aligerar" el tema.

    Te recuerdo que la mantilla tambien es una loca total

    Hermana Danza, riamos juntos, "ellos" no forman parte del plan divino...chusma, chusma

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  3. Asi ess. Lo que agrava la responsabilidad de Mantilla que ni siquiera podría argumentar inescrupulosidad en su servicio al estado.
    Algo que desconcierta en cierta forma pues Mantilla no era un pobre diablo como el Doc Montesinos que se tiraba la plata en lujos y mujeres.

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  4. Anónimo11:45 a. m.

    Guille, mira a quién han nombrado como embajador de Nicaragua en el Perú.

    Ya me imagino a Aldito M. convulsionando como el Padre Maritín, jejejeje.

    ********

    Un diplomático de ascendencia guerrillera

    EL REGRESO DE UN MITO

    Tomás Borge, el controvertido poeta y líder sandinista, alista maletas y se dispone a arribar al Perú, pues motivos familiares lo impulsan a encargarse de la embajada nicaragüense en Lima

    Por Silvia Mendoza Martínez
    REBELIÓN

    De guerrillero idolatrado a veterano excéntrico solo median unos cuantos años y un ego maltrecho. Amado, temido y odiado, a sus 76 años el comandante Tomás Borge puede hacer gala de cuanto adjetivo calificativo le salga al paso, ya que en su larga carrera (guerrillero, ministro y ahora diputado reelecto) ha acumulado suficientes experiencias e influido en tal cantidad de vidas, que los sentimientos encontrados hacia su persona se disparan con facilidad.

    Así, con la misma pasión cualquier nicaragüense de a pie puede adularlo como a una leyenda viviente, mientras que otros pueden --y de hecho lo hacen-- tildarlo de genocida.

    Con esas referencias, el fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se presenta como el nuevo embajador de Nicaragua en el Perú, puesto al que aspira llegar más por razones familiares que de gobierno.

    UNA HISTORIA DE ANTAÑO
    Lejos quedaron los años en los que el mozo Borge fundara junto con Carlos Fonseca y Silvio Mayorga el FSLN, en 1961, movimiento guerrillero que aglomeró en sus filas la repulsa del pueblo nicaragüense contra la dictadura de la familia Somoza.

    Eran los tiempos del Borge heroico, del primigenio sandinista que condujo a sus huestes hasta la victoria y la toma del poder en 1979; tiempos de gloria borrados a pulso por su desempeño al frente del Ministerio del Interior, porque "él hizo todo aquello que alguien desde el poder hace para ser odiado", comenta Xiomara Chamorro, editora política del diario nicaragüense "La Prensa".

    Once años le tomaron a Borge acabar con la admiración que despertaba como el preso político, poeta y guerrillero que brindó su vida por Nicaragua. Once años en los que aterrorizó a la población civil en su afán por abatir a la contrarrevolución financiada por Estados Unidos.

    "En esos días decían que una palabra de Borge, en términos de seguridad, significaba tu vida, tu muerte, tu prisión o tu expulsión del país", agrega Chamorro.

    Cegado por el poder, Borge fue incapaz de ver que se había convertido en el representante de eso contra lo que peleó en su juventud: la dictadura. Solo después de que el Partido Sandinista perdiera las elecciones generales de 1990 (contra Violeta Chamorro), el comandante hizo un mea culpa y reconoció que cometieron graves errores.

    Aunque su autocrítica lo reconcilió con una parte de la sociedad, Borge aún carga con las consecuencias de sus acciones, pues en octubre del año pasado fue denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), junto con el actual presidente Daniel Ortega y otros dirigentes sandinistas, por crímenes de lesa humanidad contra la etnia miskita, cometidos durante la operación Navidad Roja, realizada entre 1981 y 1982.

    Su esposa, la peruana Marcela Pérez, desestima la denuncia argumentando que se trata solo de "una treta política que aparece cada vez que hay campaña"; sin embargo, la acusación sigue su curso en el organismo de la OEA. Pero una imputación proveniente de parte de ese 'pueblo' por el que luchó no es la única paradoja de Borge. Sucede que este hombre, tan dado a las palabras grandilocuentes y a contar historias que siempre giran en torno a sí mismo, también violó una premisa básica de cualquier luchador social: contravenir los derechos laborales de sus propios trabajadores.

    Tras el cierre del diario "Barricada", cuya propiedad y dirección le competían, no tuvo mejor idea que desconocer las indemnizaciones de los periodistas que como Juan Ramón Huerta, actual editor político de "El Nuevo Diario", laboraron en su redacción por más de una década.

    Varios años después, y luego del respectivo litigio en los juzgados laborales, la demanda, previa huelga de hambre, fue llevada incluso ante la secretaría general del FSLN, la que reconoció el derecho de los hombres de prensa. "Gracias a Daniel Ortega, que intercedió, consiguieron una plata para que nos cancelaran", asegura Huerta.

    'CONTRA' SENTIDO
    Dicen quienes han conversado recientemente con Borge que su personalidad polifacética le está jugando algunas malas pasadas ahora que vive el umbral de su vejez. Resulta que exhibirse en tanga y practicar deportes extremos no va bien con la imagen de un guerrillero, menos aun con la de uno jubilado.

    Pero quien fue íntimo amigo de ese prodigio de las letras llamado Julio Cortázar también tiene anécdotas entrañables y para todo público. Como aquella contada en primera persona, según la cual, tras ser torturado para conseguir una confesión, las fuerzas de represión de Somoza le entregaron lápiz y papel con los cuales compuso un poema para su hija. Como es presumible, la historia termina con una tremenda golpiza para el personaje Borge.

    Pero como estas historias no son suficientes para curar las heridas dejadas por el régimen sandinista, los odios permanecen a flor de piel. Al punto que un par de presuntos ataques contra la familia Borge Pérez fueron suficientes para que Marcela y los tres hijos del comandante retornaran al Perú.

    Ahora, con el sandinismo nuevamente en el poder, Borge ha prometido ante sus partidarios que los errores del pasado no se volverán a cometer. Mientras, él hace lo posible para rehabilitarse ante su propia familia, amenazada por la sombra del pasado.

    Por eso las palabras de Marcela Pérez son contundentes: "La victoria electoral para mí fue una victoria personal porque significaba reunir a mi familia".

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  5. Anónimo4:31 a. m.

    Mantilla tiene ciertos puntos a su favor: es una persona leal con su partido, tiene experiencia, ha pagado sus culpas en la cárcel. Toda persona merece una segunda oportunidad. Tal vez como tú eres chibolo o chibola todavía no percibes este punto de las cuestiones políticas. Así que ve preparándote porque quién sabe qué opciones te dé la vida, y probablemente tu divina pureza estilo perú 21 (es decir, el comercio, ja, ja) se vea un poquito chamuscada. Los 80 fueron muy pero muy duros.

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