Desde Santiago, Fujimori articuló un acuerdo secreto con el Presidente peruano que no sólo contempla el respaldo de sus filas al actual mandato. También, la promesa de que no volverá a Perú hasta 2011. A cambio, García está haciendo valer su peso para convencer a La Moneda de que la extradición de Fujimori "no le conviene a nadie".¿A quién le pareció raro que el fujimorismo hiciera las paces con el APRA incluso para la segunda vuelta? Habiendo planteando el gobierno de García una política económica más liberal que la de su predecesor, se hacía necesario contar con la única bancada con la fuerza política suficiente para contrarrestar la oposición "anti". A diferencia de Unidad Nacional (que se chupa totalmente ante las críticas), el fujimorismo no se ha amilanado a pesar de sus líos internos, su indeseable pasivo y sus pobrísimos resultados municipales. Y como hábiles políticos que son, tenían que cobrar rico.
Apenas Alberto Fujimori supo que Alan García era candidato a la Presidencia de Perú envió a su hija Keiko a una reservada reunión con el líder del APRA en su oficina en Lima.
No fue el único encuentro. Con García instalado en Palacio Pizarro y Keiko como primera mayoría nacional parlamentaria, las negociaciones tomaron un rumbo más certero: el apoyo del fujimorismo a García a cambio de "custodiar y proteger a Fujimori", y evitar su extradición.
También, García se comprometió a revisar los juicios pendientes para que el ex gobernante pueda regresar al país, mientras el "Chino" le aseguró que no cruzará la frontera hasta 2011.
La idea era tentadora. Especialmente, porque el APRA sólo logra mayoría parlamentaria al sumar los 13 escaños del fujimorismo. Por su parte, el ex mandatario saldría "limpio" de este proceso, lo que fortalecería su imagen política en Perú, donde quiere volver a ser Presidente.
Quienes fueran acérrimos enemigos consensuaron así una fórmula en la que ambos ganan, pero cuya viabilidad hoy depende de Chile, pues es la Corte Suprema la que debe decidir si extradita a Fujimori o no.
Por eso, y flanqueado por el fujimorismo, García puso en marcha una maquinaria para convencer a La Moneda de la inconveniencia de enviar al ex Presidente a Perú.
Por eso la extradición de Fujimori provocaría un vendaval político de imprevisibles consecuencias. La causa por los Derechos Humanos esta politizada, y existe más de un apetito político por lucir la corona "yo-encarcelé-a-Fujimori". Para los fujimoristas será cuestión de vida o muerte. La realpolitik obliga a considerar la inconveniencia de semejante papa caliente en aras de la gobernabilidad.
Se acerca la hora de cambiar y sacrificar piezas. Sangre fría compañeros!
Por Guille da Maus
Tags: Alan García Fujimori Chile
QUé, recién se dan cuenta?
ResponderBorrarOjalá la periodista saque pruebas, pero el trato era un secreto a voces, ¿no?
En este caso, "sí se cumple" xD aquello de Vox Populi, Vox Dei.
Esto ya lo habia dicho la izquierda...
ResponderBorrar"A ver: en tu mundo, los amigos complotan, en el mío no. Por lo menos, yo no. Te será difícil de comprender, pero es verdad."
ResponderBorrarGustavo Faverón Patriau's fan club
http://puenteaEreo1.blogspot.com/
Cuando un ladron dice que ha rodabo?
ResponderBorrarsi lo confiesa no es un buen ladron
lo mismo pasa con los politicos nunca dicen la verdad. recuerden la frase que hace honor a alguien lo dijo " en la politica no hay ingenuos"