¿Descentralizar o no descentralizar? Ese NO es el dilema. No se trata de elegir entre una autoridad central y las autoridades locales, pues por el ping-pong de reclamos y denuncias se nota que terminarán dilapidando el dinero de los contribuyentes en mil y una operaciones ineficaces, innecesarias o fraudulentas. El problema está en la tradición estatal, corporativista, paternalista e intervencionista, que no solamente ha traído poco "bienestar" a través de servicios públicos de baja calidad, sino que ha creado toda una generación de dependientes y adictos a la mamadera para quienes no hay más recurso que el contante y sonante.
Este es el resultado de vender la ilusión del estado como el agente redistributor "por excelencia". Tal racionalismo solo ha servido para recortar las posibilidades de acción de la iniciativa privada local y constreñir aún más su interés en invertir y desarrollar su propia región, haciendo comparsa de esta forma a la educación mediocre de los datazos y traumas sociohistóricos que nisiquiera crea ciudadanos medianamente concientes, sino prosélitos. Ningun igualitarismo incentiva la superación individual, aliciente para la más verdadera y eficaz solidaridad: la que parte de la voluntad personal. La verdadera solidaridad nace y prospera en libertad.
Si el estado no pudo cultivar la solidaridad de verdad (que no tiene nada que ver con elrobo insitucionalizado de los impuestos), menos podrá "redistribuirla". Peor todavía si la hace pasar por los filtros "solidarios" de la burocracia.
Háganle un favor no solamente al señor Favre sino a todo el Perú: desactiven el FORSUR y que las comunidades afectadas gestionen su propia reconstrucción con un capital fijo. Si ellos aprenden a lidiar con sus propios lastres (autoridades incluídas) y se organizan para superar la desgracia (autoridades incluídas), habrá aprendido todo el Perú. Y si no, igual servirá de lección.
Por Guille da Maus
Tags: FORSUR Julio Favre reconstrucción Ica Pisco
Interesante, pero con un detalle:
ResponderBorrarCapital fijo si, pero no entregado de golpe, sino por etapas conforme se avance en la reconstruccion.