lunes, 3 de marzo de 2008

¿Dónde se mea el PERRO del HORTELANO? (I)

Sobre el pobre:

El perro del hortelano no sale de su pobreza intelectual ni quiere que los peruanos salgan de la pobreza material y educativa. Además, sostiene que solo los radicales y extremistas pueden luchar contra la pobreza porque ellos tienen el monopolio del corazón social.
No porque lo diga nuestro no-muy-querido presi va a ser menos cierto. Como lo señala en su tercera entrega, detrás hay toda una ideología basada en la criminalización de la acumulación de la riqueza entendida como despojo tal como si fuera "energía": no se crea ni se destruye sino que cambia de manos. Es la idea central del pensamiento tercermundista que vive a puro llanto y quebranto (que nos quitan las plusvalías, que se llevan nuestros sacrosantos recursos naturales, que nos roban el partido, etc) pero con el claro propósito de producir rabia y canalizarla hacia su objetivo, la revolución.

Pero García pretende demostrarlo contraponiendo cifras, ufanándose -por ejemplo- de que su gobierno invierte socialmente cada día más. De esta forma no demuestra nada sino que, simplemente contradiciendo, cae prácticamente en el juego dialéctico planteado por los rabiosos. Ni el mayor gasto ni la mayor eficiencia van a ser suficientes para contentar jamás a los canes en cuestión. Ha sido la realidad la que se ha encargado de mostrar la inviabilidad de las utopías revolucionarias, pero se trata de una realidad enmascarada incluso por sus emocionados creyentes.

Lo que debería ser evidente para cualquiera es lo que se oculta ante los ojos con toda clase de discursos, cada cual diseñado para justificar las inconsistencias del otro a manera de letanías sucesivas tal como se expone en el artículo. Este imaginario canino comienza con una visión maniquea de la realidad plagada de epítetos y falsos lugares comunes, cuando no de mentiras. Pero si tal sarta de negativismos, contradicciones y falsedades tiene éxito no es por su contenido, sino por la intersubjetividad dentro de la cual se enmarca. Tanto apologetas como detractores caigan en un intercambio de dimes y diretes sin poner acento en las cuestiones fundamentales.

En pocas palabras el perro se mea donde el hortelano se lo permite. Y tratándose del pobre entonces estamos hablando de su instrumentalización. Un ejemplo de esto lo podremos ver en este pronunciamiento sobre el Cusco y el APEC por el Foro "Solidario" Cusco, que analizaremos como ejemplo de ladridos, meadas -y "hortelanajes"- en la próxima parte.

Por Guille da Maus

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1 comentario:

  1. Anónimo6:13 p. m.

    Me llega cuando se aprovechan de los jovenes y obreros poco instruidos para ponerlos como carne de cañon en los choques contra la policia
    criminales. eso es lo que son

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