lunes, 23 de abril de 2007

SER Y NO SER

Contraponiendo el discurso y la praxis aprista, el balconazo y el carpetazo, Nelson Manrique encuentra algo curioso (para variar) en la ontología del aprismo. La escopeta de doble cañón de Haya:

Un tema con una larga tradición en el análisis de la historia del Apra es el de la 'traición' a los principios fundacionales. Este se origina en la comparación entre el ideario original del partido de Haya de la Torre dado a publicidad, y la práctica política concreta que el Apra ha desarrollado. Un excelente ensayo del profesor Thomas M. Davies Jr. (The Indigenismo of the Peruvian Aprista Party. A Reinterpretation. The Hispanic American Historical Review. Vol. LI, No. 4, 1971), sugiere una lectura diferente. Basado en una convincente documentación, Davies sostiene que "Haya desarrolló una ideología que resultaba atractiva para los intelectuales, los radicales, y las clases populares, pero luego la negaba en reuniones confidenciales que sostenía con miembros de la clase alta y los negocios".
Si bien es una inmoralidad mayúscula decir una cosa y hacer después lo contrario, hay que reconocer el tino que tienen los compañeros de traicionarse a sí mismos cuando de hay de por medio otras cosas, no solamente la buena relación con "la clase alta". Haya seguramente leyó sobre Fouché y se lo recomendó a su pupilo: en política no hay amigos ni enemigos, sino coincidencia o divergencia de intereses. Lo mismo podríamos decir respecto al corpus teórico, menos flexible que los hombres. Qué duda cabe que, cuando trataron de ser fieles con el pensamiento original (1er gobierno de Garcia, 85-90), terminamos por los suelos. Never more!

Pero tampoco pasemos por alto el embeleso que produjo en los medios la figura de Alan y el aprismo de la "vieja guardia". ¿Culpa del encantandor, o del encantando? Es algo que también sucede con otros rescates del pasado como el mariateguismo y el velasquismo, que no fundamentan ninguna propuesta plausible sino que simplemente sirven para justificar el uso de consignas importadas (Yankees go home...), la quema de llantas, el bloqueo de algunas carreteras y el asesinato de policías. No nos olvidemos que por Ollanta Humala y su proyecto nazionalista tambien cayeron rendidos buena cantidad de periodistas e intelectuales utópicos.

Los compañeros no tienen escrúpulos en romper con el pasado. Pero... ¿y el resto?

Por Guille da Maus

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2 comentarios:

  1. Anónimo12:54 p. m.

    ¿Cuál resto?...

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  2. Anónimo12:38 p. m.

    Buen post.

    Mejor dicho, buena anotacion al articulo de Manrique (de izquierda, que dicho sea de paso, no entraria entre los "utopicos" que mencionas).

    Lamentablemente al final del texto te vas por la tangente, pero un buen lector se quedaria con tu primer parrafo. Lo demas es solo tu higado y tus miedos, y a eso no hay q hacerle caso.

    Saludos

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